El cáncer infantil es una realidad que enfrentan miles de familias en el mundo. Aunque no siempre se puede prevenir, detectarlo a tiempo puede marcar la diferencia en el éxito del tratamiento y en las probabilidades de recuperación.

Síntomas y señales de alerta a las que debes prestar atención:

  • Fiebre persistente o sin causa aparente. Si una fiebre aparece varios días sin explicación y no responde a los medicamentos comunes, es importante consultar a un especialista.
  • Moretones o sangrados frecuentes. Si aparecen hematomas sin motivo aparente o hay sangrados prolongados en nariz o encías, puede ser señal de un problema en la sangre.
  • Pérdida de peso inexplicada y fatiga extrema. Cuando un niño pierde peso sin razón aparente, tiene falta de apetito y se siente constantemente cansado, es fundamental investigar la causa.
  • Bultos o masas anormales. Cualquier inflamación o protuberancia en el cuello, axilas, ingle o abdomen que no desaparece debe ser revisada por un médico.
  • Dolores de cabeza intensos y recurrentes. Si los dolores de cabeza son persistentes, especialmente en la mañana y acompañados de vómitos o cambios en la visión, es importante acudir a una evaluación médica.
  • Dolor constante en los huesos o articulaciones. Si un niño se queja frecuentemente de dolor en piernas, brazos o espalda sin una razón clara y esto afecta su movilidad o actividades diarias, se debe considerar una revisión médica.

La importancia de la detección temprana

El cáncer infantil es una enfermedad poco común, pero cuando se detecta en etapas avanzadas, el tratamiento puede ser más complejo. Estar atentos a cualquier cambio en la salud de los niños y acudir a revisiones médicas regulares puede ser clave para un diagnóstico oportuno.

Si notas alguna de estas señales, no dudes en consultar a un especialista. Un diagnóstico a tiempo puede salvar una vida.