Perdonar puede ser difícil. Incluso si te comprometes a perdonar a alguien, es posible que tu mente siga recordando el dolor original y necesite tiempo para procesarlo. Por eso, en el camino del perdón, debes ser paciente contigo mismo. Ten en cuenta que el perdón a la larga te beneficia; te libera del poder que el ofensor tiene sobre ti y del dolor. La próxima vez que te sientas herido por las acciones de alguien, ve si puedes aplicar estos métodos para practicar el perdón.

  1. Piensa en algún momento en el que quisiste que te perdonaran. Para mejorar tu capacidad de perdonar, puede ser útil pensar en alguna oportunidad en la que lastimaste a alguien. Considera si tuviste la intención de lastimar a la otra persona y si hubieses actuado de otra manera de haber sabido que tus acciones la lastimarían. ¿Esta falta te hace una mala persona? ¿Te gustaría que te perdonaran? Quizás te arrepientes de haber lastimado a alguien con tus acciones, pero te cuesta pedir disculpas porque te da vergüenza o eres demasiado tímido como para pedir perdón. Cuando estés del otro lado, piensa en la intención detrás de lo que te lastimó. La persona que te dañó puede haberlo hecho sin querer y quizás no pueda armarse de valor para pedir perdón.
  2. Considera el contexto. Cuando intentes perdonar, piensa en el contexto de la situación. Las personas ven el mundo desde su propia perspectiva. Es por eso que, incluso los actos bienintencionados pueden lastimar a otros. Tomar distancia para evaluar la situación quizás te ayude a entender si la otra persona estaba estresada o confundida cuando te lastimó, o si tú fuiste el receptor de una ira mal dirigida por otros motivos. Tal vez la otra persona, que no puede leer tu mente, te lastimó simplemente porque no pudo ver las cosas desde tu punto de vista y situación actual. Si bien ampliar tu perspectiva para ver el contexto general de la situación posiblemente no alivie el dolor, puede ayudar a aumentar tu comprensión y sentimiento de paz en tu camino hacia el perdón.
  3. Replantéate qué fue lo que te lastimó. A menudo, las circunstancias desafiantes traen crecimiento. En ocasiones, ver un evento doloroso como una oportunidad de aprendizaje puede reducir el daño y facilitar el perdón. Intenta hacer una lista de las maneras en que el dolor puede ayudarte. Tal vez, la situación te ayudó a ver un evento con otros ojos, fortaleció tus creencias existentes o te dio una oportunidad para practicar la paciencia. Darle un significado positivo al dolor puede transformarlo en el largo plazo y facilitarte el perdón. Recuerda que perdonar puede ser casi imposible si te lastimaron de manera intencional y en varias ocasiones. No lo fuerces. Sé amable contigo mismo y antes de considerar el perdón, obtén primero toda la ayuda que necesites para reconstruir tu confianza y autoestima.