Mantén tu programa de ejercicios seguro y eficaz con los siguientes consejos:
- Evita hacer ejercicio al mediodía. En su lugar, haz ejercicio por las mañanas o por las tardes cuando esté más fresco afuera y haya menos exposición al sol.
- Bebe suficiente agua. Los atletas pueden perder hasta 1,80 litros de agua cada hora durante la práctica de ejercicios vigorosos en temperaturas altas. Los requerimientos de líquido varían ampliamente y dependen de diferentes factores, como la duración, la intensidad del ejercicio y la temperatura exterior.
- Para asegurarte de que estás bien hidratado, comienza lentamente a tomar bebidas por lo menos dos o tres horas antes de hacer ejercicio.
- Usa protector solar. Usa un protector solar de amplio espectro que tenga un factor de protección solar mínimo de 30. Aplícate abundante cantidad de protector solar y vuelve a aplicarlo cada dos horas, o con más frecuencia si nadas o transpiras.
- Usa ropa con protección solar. Usa un sombrero y ropa de colores claros y suelta que absorba la humedad.
- Cuídate por la noche. Usa colores fuertes o cinta reflectiva para ser más visible si caminas o trotas de noche.
- Usa zapatos apropiados. Elige un calzado con una buena plantilla ortopédica y suelas flexibles que te amortigüen los pies al absorber el impacto. Busca un calzado que esté diseñado para tu deporte o ejercicio específico. Lo más importante es que te sientas cómodo con tu calzado deportivo.
- Ten cuidado de no deshidratarte. Conoce los signos y síntomas de la deshidratación, un factor clave en el agotamiento por calor y la insolación. Los signos y síntomas incluyen sed extrema; piel seca y caliente; disminución de la orina; boca seca y pegajosa; mareos; calambres o debilidad muscular y dolor de cabeza.
- Debes estar atento a los signos de agotamiento por calor. Los signos y síntomas incluyen piel fría y húmeda, calambres musculares, pulso débil, náuseas, mareos, debilidad, dolor de cabeza, sensación de desmayo y sudoración intensa.
Si has estado inactivo durante mucho tiempo, vuelve a empezar de a poco. Dedica tiempo extra a tus rutinas de precalentamiento y enfriamiento. Retoma las actividades vigorosas, como el tenis o el baloncesto, progresivamente.