Los patrones de pensamiento negativo ocurren automáticamente y pueden impedirte que vivas una vida más feliz. Pero tú no eres un esclavo de tu cerebro.
Asistes a una reunión en la que nadie pide tu opinión. Piensas: “No me valoran como miembro de su equipo”, y sientes que no te aprecian. Enseguida, tu estado de ánimo cae en picada. Como se observa en este ejemplo, los pensamientos derivan en sentimientos y estos repercuten en el estado de ánimo.
Los errores de pensamiento pueden hacer que crees problemas donde no los hay. ¿Cuál es el resultado? Estrés innecesario. Prueba estas tácticas para contrarrestar los patrones de pensamiento negativo.
- Cuestiona tus pensamientos. Enfrenta tus pensamientos negativos, cuestiona su exactitud. Refuta los pensamientos como “no valgo nada” con pensamientos más realistas como “mis hijos me necesitan”. Cada vez que contrarrestas el diálogo interno exagerado (“todo lo que hago está mal”) con hechos (“a mi jefe le gustó el informe que hice”), tus pensamientos negativos pierden su poder.
- Trátate a ti mismo como tratarías a un amigo. No te digas nada que no le dirías a otra persona. Sé amable y alentador contigo mismo. Si un pensamiento negativo pasa por tu mente, evalúalo de forma racional y responde con afirmaciones sobre lo que es positivo de ti.
- Identifica las áreas que debes cambiar. Encuentra los aspectos de tu vida que a menudo te hagan pensar de forma negativa, como una relación personal o tu trayecto diario al trabajo. Enfócate en una de las áreas a la que debes darle una mirada más positiva o realista.