Los patrones de sueño normalmente cambian a medida que envejeces. No se entiende del todo por qué sucede esto. Los médicos saben que, a medida que se envejece, el cuerpo produce menos melatonina, la hormona que ayuda a sentir sueño.

Los adultos mayores necesitan entre siete y nueve horas de sueño cada noche, pero muchos no duermen lo suficiente. En general, el tiempo total de sueño disminuye en los adultos mayores, a pesar de dormir más la siesta.

Otros cambios comunes incluyen los siguientes:

  • Sentir más sueño a primera hora de la noche y menos a primera hora de la mañana
  • Despertarse con frecuencia durante la noche
  • Quedarse dormido rápidamente en las siestas diurnas
  • Tardar más tiempo o el mismo en conciliar el sueño por la noche

Problemas de sueño: cuándo la edad no es la causa

Algunos trastornos del sueño son más comunes en los adultos mayores que en los más jóvenes.

Un ejemplo es la apnea del sueño, que consiste en pausas en la respiración al dormir. Cuanto mayor, y menos saludable, seas, hay más probabilidades de padecerla. Si tu pareja o cuidador te dice que roncas mucho, que respiras con dificultad o que dejas de respirar mientras duermes, programa una cita con tu médico para que te evalúe y te indique un tratamiento.

Lleva un diario del sueño

Si tienes problemas para dormir, llama a tu médico o a un especialista del sueño.

Antes de ir, puede resultarte útil completar un diario del sueño, en el que anotes las horas en las que duermes y te despiertas. Anota también otras cosas, como la cantidad de bebidas alcohólicas o con cafeína que tomes y la hora en que lo hagas. Lleva el diario a la cita médica. Junto con el médico pueden revisar los patrones de sueño y salud, y analizar las estrategias para dormir mejor.

¿Necesitas otro motivo para hacer un chequeo del sueño? Los cambios en tus patrones de sueño pueden hacer que tu compañero de cama también pierda el sueño. Tratar los problemas de sueño que puedas tener puede ayudar a que tu compañero de cama también descanse mejor.