Aprender a ser feliz no significa pretender que todo en tu vida es perfecto. Pero sí te ayuda a ver el valor en las imperfecciones y los desafíos. La felicidad te ayuda a reconocer tus bendiciones, tanto obvias como ocultas, y a sentirte contento con el momento presente.
No te aferres al pasado. Todos tenemos momentos dolorosos o penosos del pasado. Si quieres ser feliz, decide cómo quieres lidiar con recuerdos dolorosos. ¿Te sientes resentido y amargado? Esto podría estar impidiéndote continuar hacia adelante. ¿Reconoces acontecimientos dolorosos del pasado? Aprende de ellos y olvídalos. Lo mejor está por venir. La felicidad puede llegar de forma diferente, pero estará a tu alcance si tú lo deseas.
Sé honesto. A veces puede ser aterrador decir la verdad, o puede ser liberador. Lo bueno de ser honesto es que no tienes que recordar mentiras o sentirte mal contigo. Sobre todo, sé honesto con tu persona. Eres libre de tomar tus propias decisiones y luchar por lo que crees.