De acuerdo con las investigaciones, la comunicación no verbal puede representar entre el 50 y el 70% de la comunicación. Sin embargo, mejorar tus habilidades de comunicación no verbal puede ser complicado, ya que este tipo de comunicación se realiza casi de manera inconsciente y forma parte de tu personalidad.

El primer paso es tomar conciencia de tu comunicación no verbal y tratar de modificar cualquier hábito que pueda resultarte desagradable. Esto puede requerir mucho esfuerzo y puede parecer poco natural al principio. Un consejo útil es fingir hasta lograrlo; es decir, actúa como si las siguientes habilidades de comunicación no verbal fueran naturales para ti. Con el tiempo, lo serán.

Lenguaje corporal: tu postura importa. Cruzar las piernas o los brazos cuando hablas con otras personas, alejarte de ellas, quedarte quieta de manera muy rígida, encorvarte o moverte mucho puede ser desagradable para aquellos con quienes te estás comunicando. Tu lenguaje corporal podría indicar que estás incómoda y a la defensiva.

Ten cuidado de no pararte o sentarte demasiado cerca de otras personas, ni de tocarlas, cuando te comuniques con ellas. Respeta su espacio personal. Recuerda que diferentes culturas o grupos pueden tener diferentes normas y preferencias sobre la proximidad y el tacto.

Esfuérzate por parecer relajada al interactuar con otras personas o al realizar una presentación. Párate o siéntate derecha y mira abiertamente a tu audiencia. Si es necesario, muévete un poco y utiliza gestos con las manos para enfatizar en algo. Intenta grabarte dando una plática para ver cómo se refleja tu lenguaje corporal. Mejor aún: haz esto con un compañero de trabajo y analicen el lenguaje corporal de cada uno.

Expresión facial y contacto visual: las expresiones faciales transmiten mucho sobre cómo te sientes realmente. Si frunces el ceño o te ves aterrorizada, tu audiencia se sentirá incómoda y podría concentrarse no en lo que estás diciendo, sino en cómo te ves mientras lo dices. Practica relajar los músculos faciales, transmitir una expresión facial abierta e incluso sonreír un poco.

En las culturas occidentales, se considera importante hacer contacto visual con los demás cuando se les habla. Hacerlo transmite honestidad y respeto. Si estás hablando ante un grupo, intenta establecer un breve contacto visual con todos los presentes. Tu mirada debe recorrer la sala e incluir a los que están al fondo. No mantengas el contacto visual prolongado con nadie, ya que esto podría incomodar a las personas.

Tono y velocidad de voz: si hablas en un tono muy monótono, podría resultar bastante aburrido, así que trata de esforzarte en parecer animada e interesada en lo que estás diciendo. A veces, cuando las personas están nerviosas, sus voces se vuelven más suaves, más agudas o pueden quedarse sin aliento. Quizá necesites practicar la proyección de tu voz. Los ejercicios de respiración pueden ayudar. Los nervios también pueden hacer que hables demasiado rápido, lo que dificultará que tu audiencia escuche lo que tienes que decir. Intenta hablar despacio, de manera clara y con voz lo suficientemente alta como para llegar a todos tus oyentes.

Apariencia: tu apariencia (vestimenta, maquillaje y peinado) también es un tipo de comunicación no verbal. Dependiendo del contexto, es posible que debas prestar atención a tu apariencia. Al realizar una presentación, asegúrate de estar razonablemente bien arreglada; esto demuestra que respetas a tu audiencia.

Y recuerda: la comunicación no verbal funciona en ambos sentidos. Aprende a interpretar el lenguaje corporal de los demás. Si tus interlocutores se inquietan o te transmiten que han dejado de escucharte, cambia tu enfoque para volver a captar su atención.